viernes, 23 de mayo de 2008

Houdini


Me gusta Houdini. Puse mis ojos en su boca, mi sonrisa en su espalda, mis manos en sus pechos, mis pies en los suyos, mi nariz en su ombligo, mi pelo en sus párpados, mi saliva en su cuello, mis lágrimas en su pijama, mis oídos en su corazón y mi corazón en sus manos. Sus manos eran delicadas con él. Lo acariciaban constantemente para que no se parara. Un corazón enamorado si deja de acariciarse se para. A veces lo masajeaba con fuerza, haciéndolo funcionar como el de un deportista de élite. Ahora ya no miro sus labios, no toco sus pechos, no se si sus pies están fríos, no reconozco su olor, no mojo su piel con mis besos, no se que dice su mudo corazón, me seco las lágrimas con papel de cocina, pero sin embargo sigo poniendo mi corazón en sus manos. Y duele. Porque aunque no lo maltrata, siento sus manos duras e inmóviles como las de un maniquí de una tienda de ropa barata. Manos frías con las uñas mal cortadas que dejan arañazos profundos. Cuando en un acto desesperado me arranque el corazón y quiera volver a ponerlo en sus manos, no me dejes hacerlo. Secuéstralo, mételo en una caja fuerte, comete la llave y pídele a Houdini que la haga desaparecer. Y sólo cuando mi corazón no necesite sus caricias, le pides de nuevo a Houdini que haga aparecer la caja fuerte y la abres, que yo mismo pagaré el rescate para que vuelva a sentir las caricias de otras manos.

3 comentarios:

Mayte Sánchez Sempere dijo...

Debería haber en Suiza un banco especializado en cajas de seguridad para corazones rebeldes, como los nuestros. Si no atienden a razones, se los encierra bajo siete u ocho llaves (mejor 8, te gusta más).

Un beso enorme, un abrazo apretado y una sonrisa contagiosa,
Mayte

pili dijo...

Yo también quiero ser escapista.Me viene a la mente la imagen de Houdini encadenado o con una camisa de fuerza y metido en una cuba de agua y siempre conseguia zafarse de la trampa.
Todos quisiramos zafarnos sobre todo de los dolores de corazón y alma.
Besos.Todo pasa.Pili.

Daniela dijo...

Me hizo llorar este post... andaba vagando por la web y de pronto encontré tu blog... Cristalizaste en palabras la sensación que tenía... Yo también quiero ser Houdini, y escapar en el momento más angustioso, sentir el alivio de poder respirar a plenitud...