martes, 16 de marzo de 2010

Rafaella

Mi vida es como la letra D, que tiene un poco de todo. Por un lado la D de desconfianza, de desperfecto, drama, desmotivado, defraudado, difícil, despiste, despilfarro, desactivado, declive, dolor, despectivo, desplome, despavorido, daño, despedida, despechado, desnucado, desnivel, desnaturalizado, desorden, daltónico, desolado, desmoronado, desmoralizado, daga, desnutrido, desollado, difteria, desequilibrado, desterrado, débil, decaído, decrepitud, dogma, defecto, déficit, demagogia, descabezado, duro, desplumado, despoblado, desgracia, Dios y diablo.
Y por otro la D de dulce, de despreocupado, diábolo, desprendido, despertar, delicia, dalia, deleite, despelote, diferente, despensa, Drácula, danza, decente, desobedecer, dado, desnudo, descojonado, dama, dominó, delicado, Darwin, dedicado, ducha, dragón, dar, despejado, diapasón, diamante, despenalizado, dátil, danza, dedo, dibujo, diente, dulce, Dalí, despiste y por supuesto la D de deseo.
Si Rafaella me preguntara eso de ¿si fuerrrrrras una letra, cual serrrrías?
La D, sin duda Rafaella, la D.


martes, 9 de marzo de 2010

Tutankamon

La única conversación de sexo que tuve con mis padres en toda mi vida, fue con mi madre cuando yo tenía unos 9 o 10 años. En realidad no fue una conversación, más bien un pequeño monólogo por mi parte con unas risas de mi madre como en el club de la comedia. A lo largo de toda mi infancia estuve enamorado de la misma chica. Bueno yo, y creo que un montón de chicos de aquel colegio de chicos que íbamos a los scouts los fines de semana. Allí si que había chicas. Pues aquella chica fue la protagonista de mi monologo con mi madre. Le conté que cuando pensaba en ella "la cola me crecía". A mi madre yo creo que le hizo gracia, pero supongo que saldría de aquella situación diciendo algo así como, "calla calla, que cosas dices". Y ahí terminaron para siempre mis clases de educación sexual. El pasado domingo ocurrieron dos cosas a la vez que me recordaron a aquella chica. Ví en la tele al presentador engominado de un programa de televisión y locutor de radio que ahora está casado con la que fue mi gran amor de la infancia. Creo que se conocieron cuando ella era cheerleader de un equipo de baloncesto. Parece ser que con los años siguió gustándole a un montón de hombres, pero fue éste el que ella eligió, o tal vez el que eligió fue él. La segundo cosa que ocurrió el domingo pasado fue, que leyendo el periódico descubrí que a Tutankamon lo embalsamaron con el pene erecto, o como se diría ahora, Pinocho. Y digo yo, que no sé si contárselo a mi madre y tener una conversación sobre el tema. Pero me temo que deberá ser un monólogo como aquel que le conté sobre los efectos que tenía aquella chica en mí cuando era pequeño. Tendremos risas aseguradas.