Me gusta el 8. Una mañana un 3 se miró al espejo y se vio tan rellenito y tan completo que se gustó. Así que desde entonces se convirtió en el 8. Para eso existen los espejos, para que te guste lo que ves en ellos. A los treses no les gustó nada y el 8 fue expulsado de la familia de números dejando de tener la consideración de número primo. No existen 8 colores del arco iris, ni 8 pecados capitales, ni 8 maravillas del mundo, ni 8 vidas tiene un gato. E incluso a los que necesitan ponerse un 8 en los ojos para ver bien se les llama 4 ojos, en lugar de 8 ojos. El 8 es tan bonito, que cuando se tumba para descansar se convierte en infinito. A la lluvia también le gusta el 8. Cada gota de agua se junta con otra en los charcos, en los ríos, en los lagos y en el mar para dibujar ochos perfectos que duran solo un instante. Los niños se comen ochos de sabores derritiéndose en cucuruchos de galleta. Si la tierra tuviese dos lunas, estarían juntas, una encima de la otra haciendo equilibrios mientras crecen y decrecen, formando un 8 blanco cuando estuvieran llenas. A la semana le falta un día, el octavo. Ese día en el que si te miraras al espejo te verías completo y te gustarías. Ese día en que harías pompas de jabón en la bañera, inventando ochos que mueren cuando los tocas. El diccionario dice que el 8 es el número natural que sigue al 7 y precede al 9. Demasiado simple, ¿verdad?
3 comentarios:
Hola Jose,
me gusta que te guste el 8 y visto (de momento solo por encima) todo lo que te gusta, me gusta que te guste lo que escribo. Así que...
- Tanto gusto.
- El gusto es mio.
Seguiré leyéndote, con sumo gusto.
Un abrazo,
Mayte
Mi segundo nombre significa el sistema numerico Marroqui la posición Numero 8, me gusta como lo cuentas en este cuento.
Abrazos de 8 tonalidades de colores desde el Salvador
Increíble como haces de mi número favorito un número tan especial!!
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