miércoles, 19 de mayo de 2010

Mi primer recuerdo

Últimamente hago pequeños ejercicios que pueden parecer que no sirven para nada, últimamente miro al principio de todo, a lo más antiguo que recuerdo, a mi primer recuerdo. No lo hago buscando nada en particular, no deseo que sea una risa de alguien, ni un pijama con hipopótamos dibujados, o un juguete compartido con mis hermanos. No sabría decir cual es el recuerdo más antiguo que tengo, tengo pocos y sin consistencia, mezclados y confundidos. Recuerdo el mar y los barcos pesqueros en los que me subía cuando íbamos de vacaciones. Recuerdo los días de Reyes, el festival que organizaban en el banco donde trabajaba mi padre con los títeres de cachiporra, recuerdo las paredes de casa empapeladas con aquel papel engomado, el día que fuimos todos a ver La guerra de las galaxias, mi segundo día de cole y todo lo que lloré, el patio del colegio y sus porterías, la cocina de leña de la casa de mi abuela, el olor a serrín en la carpintería de mi tío Luis, la culpa por decir tacos y la confesión, el miedo a las revisiones médicas en el colegio, la chica con la que soñaba ser mayor siendo un niño, la enfermedad de mi padre y sus purés, los doce goles a Malta en la televisión a color de casa de mi abuela, los campamentos en el valle de Pineta, recuerdo a Parchís y a Verano azul, recuerdo el mundial del Naranjito, mi primer día de instituto y también el último, los ochenta los recuerdo muy bien, los noventa los he olvidado bastante, los interrailes, los mariachis, el día que mentí sin querer porque no sabía que nada es para siempre, las pupusas del Salvador, mi casa con jardín, la locura y la pena, el hospital infantil, Andrea, los abrazos y los monstruos, el día en que te conocí y el último fin de semana. A veces te lo pregunto, me gusta recordar como fue el día en que te conocí. Es posible que en cualquier momento, cuando esté recordando cual fue mi primer recuerdo, aparezcas como una niña pequeñita dándome un beso al pie de algún tobogán. Tal vez nos enfadamos después por un cubo o una pala y nos hayamos dado un tiempo de treinta y tantos años para volver a darnos un beso... al pie de la torre de la Magdalena.

http://www.youtube.com/watch?v=DyIw0gcgfik&feature=related

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que bonito este este cuento "Mi priemr Recierdo", me a encantado que esten presentes las pupusas de El Salvador y este cantante que aunque haya sido la canción en ingles en español dice cosas bien lindas, jajaja con este cantante me remontastes a mi adolencia con una canción tonight is the nigth, me encantaba bailarla con mi primer novio de noveno grado en las tardes alegres de tercer ciclo, gracias por recodarmelo

Anónimo dijo...

Siempre he sido tu fan, me han encantado muchiiiisimo tus relatos, el del numero 8 , que era un 3 gordito, el de los tipos de abrazo, tus vivencias de niño, el amor a tu hija.. es increíble tu arte... ahora más que nunca te admiro porque te gustan las pupusas!!!.... gracias por acordarte de mi linda tierra el pulgarcito de América...a ver qué día nos haces a tu pueblo amigo un relato de tu vivencia acá... eres bienvenido con tu exposición cuando quieras... El Salvador es tu casa.

Saludos