jueves, 21 de enero de 2010

Emociones

Sin darme cuenta han ido desapareciendo, como algo natural, algo que tenía que ocurrir. Increíble pero cierto. En unos pocos años se han extinguido, y nadie ha hecho nada por salvarlas. No ha habido manifestaciones por su recuperación, nadie ha hecho un grupo en el Facebook pidiendo su vuelta, desaparecieron y ya está, sin dramas ni llantos. Anoche me acordé de ellas. De todas ellas. Hice memoria y fui repasando una por una todas las que fueron importantes para mí. De muchas de ellas no me acuerdo, es imposible acordarme de todas. Así que tome la decisión de ir a verlas hoy. No sabía si las reconocería o no, y he pasado un día bastante nervioso. Después de comer he comprado un ramo de flores y he ido al Cementerio de las cabinas telefónicas. A la entrada hay un plano indicando cual es cada cabina y en que calle estaba situada. La primera que he encontrado ha sido la que estaba en el Parque Pignatelli. Quedaba entre casa y el cole. Siempre mirábamos si había alguna moneda olvidada. Allí jugábamos a ser estafadores. Metíamos una moneda de 25 pesetas con agujero, colgada de un hilo. En realidad no necesitábamos llamar a nadie pero nos gustaba hacerlo para sentir algo de emoción. Hoy tenía un aspecto deplorable. No la visita demasiada gente. He limpiado con un poco de agua y jabón los 2 cristales que todavía conserva. Ha sido emocionante verla. Después he visitado la cabina que estaba cerca de casa de mis padres. Era la cabina desde la que llamaba para no hacerlo desde casa y que toda la familia se enterara de mis conversaciones. La cabina de la adolescencia. Había que llenarse los bolsillos de monedas antes de llamar porque era muy fácil que se cortara la llamada. Normalmente la última frase era "se va a cortar y no llevo más monedas, te llamo mañana..." Esto me generaba una presión en el pecho, adolescente la presión por supuesto, al tener que colgar. He visto después la que estaba dos calles más allá de mi casa. Esa siempre se tragaba las monedas. Era una maldición. Y por más golpes que le dieras no caía nunca nada. Aun así conserva todos los cristales y las puertas acordeón se abren todavía perfectamente. Y así toda la tarde, de cabina en cabina, he visto en la que me resguardé una día de tormenta, en la que me escondí para que alguien no me viera con alguien, en la que lloré, en la que reí, en la que nos metimos cinco, en la que grité, en la que besé... Es verdad que ahora puedes hablar con el móvil en cualquier lado, andando o sentado, en la hierba, pero hay pocas cosas del pasado que me generen tantas emociones como una cabina de teléfonos.

lunes, 11 de enero de 2010

Tirar

Puedes tirar del carro, tirarte a la bartola, tirar de la manta, tirarte el rollo, tirarte al sol o a la sombra, tirar lastre, tirarte el moco, tirarte a las drogas, tirarte a la ola, tirar apretando los dientes, puede que se te tiren encima, tirar tomates, tirarte del puente, tirar de la ropa, tirarte a alguien, tirar arroz a los novios, tirar de la soga, tirarte en plancha, tirar de las orejas, tirar del bolso, tirar de agenda, tirar hacia adentro y hacia afuera, tirarte con los ojos cerrados, tirar del cuento, tirar del pomo de la puerta, tirar a la basura, tirar de la lengua, tirar al fuego, tirar calle abajo, tirar los dardos, tirar con lo justo, tirar sin fe, tirarte de los pelos, tirar a canasta, tirar de los ahorros, tirarte sin red, tirarte a sus brazos, tirarte en paracaídas, tirar por la borda, ir tirando, tirar todos los bolos, tirar del pelotón, tirarte con salvavidas, estar tirado, tirar al suelo, tirar con rabia, tirarte todo lo que se menea, tirar los dados, tirar para arriba, tirar muros, tirar las llaves desde la ventana, tirar un penalti, tirarle los trastos, tirar el vidrio al contenedor, y lo más difícil, tirarse a la piscina. Ella vende piscinas aunque ahora le da miedo tirarse a una. Una vez alguien le quitó el tapón al desagüe y se hizo mucho daño al caer en la suya. Él compraría una, con lazo y todo, pero tampoco se tiraría. También se hizo daño al caer una vez desde el trampolín. Así que, tira que te tira y llenos de tiritas, se tiran y se tiran... pero no a la piscina.
http://www.youtube.com/watch?v=EK1db1Z8uic&feature=related

domingo, 10 de enero de 2010

1X2

En las fronteras entre países centroamericanos los niños aprenden a escribir desde muy pequeños. No tiene nada que ver la escuela. Posiblemente ni aparecen por allí. Estos niños pequeños aprenden a escribir para rellenar los papeles de inmigración de los viajeros a cambio de una moneda. Si son muy pequeños te prestan un boli para que lo hagas tu mismo y se lo devuelvas después, con una moneda por supuesto. Te harán falta más monedas cuando entregues los papeles al policía de turno e intente cobrarte un impuesto inventado por pasar de un país a otro. Hay que tener mano izquierda para discutir esto, y por supuesto alguna moneda. Y alguna más para cuando suban las señoras al autobús en el que viajes a venderte mango, bananas, pollo con limón o refrescos.
En el bar dónde suelo desayunar los domingos, hay un tipo delgado que aparenta más años de los que realmente debe tener por su barba blanca. Siempre sentado en la barra, con un café en la taza, con un cigarro en una mano y con un boli en la otra. A su lado derecho tiene un montón de quinielas sin rellenar. Si quieres te rellena una. Se considera un especialista del tema. Todos los días se lee la prensa deportiva para saber todo lo que puede condicionar que un equipo gane o pierda. Antes de empezar, te pregunta de que equipo eres. Dice que no sería justo ganar una quiniela en la que hubieras puesto perdiendo a tu equipo. Por encima de todo lealtad, susurra el hacedor de quinielas mientras pone cruces en las casillas del 1x2. Y como los niños de las fronteras que te rellenan los papeles de inmigración, este hombre te llena de cruces un papel de tamaño parecido... a cambio de una moneda, por supuesto.
http://www.youtube.com/watch?v=cZUy8-zX67c&feature=related

domingo, 3 de enero de 2010

Charcos

Me gustan los días de lluvia, no tanto por la propia lluvia, ni por sacar de paseo el paraguas, ni por el caos que se forma en la ciudad, ni por la falta que hace que llueva. Me gustan los días de lluvia que traen noches de charcos. Por la noche, cuando ha llovido y se han formado charcos en las calles, la ciudad se refleja en el agua, las luces de las farolas, de los comercios y de las casas brillan reflejadas en los charcos. Las noches de lluvia la ciudad brilla más, los pasos de cebra y las rayas blancas de la calzada brillan con un blanco nuclear. Esas noches en que encuentro luz en el suelo en lugar de la suciedad del barrio donde vivo, esas noches juego a romper las imágenes de los charcos con mis pies. He roto mil veces el cielo reflejado, he destrozado la luna y las estrellas, he hecho caer edificios en grandes pedazos, he deformado mi cara en cualquier charco. Y de la misma manera que he roto todo eso, todo ha vuelto a su posición inicial. El espejo de los charcos es mágico, es como esas velas que aunque las soples siempre vuelven a encenderse. He reflejado tu imagen en un charco muchas veces con la única foto que tengo tuya, y la he roto en el espejo del agua, pero siempre vuelve a aparecer y me gusta. No me importa que llueva sobre mojado, aunque estoy deseando que lleguen días secos. Espero que algunas imágenes se evaporen del charco y se las lleve el viento, espero que ya no sea necesario desear que haya días de lluvia para tener noches de espejos mágicos.
http://www.youtube.com/watch?v=GO6UXeqqUIY&feature=related